Carlos Sainz, premio Princesa de Asturias de los Deportes 2020

Carlos Sainz
Carlos Sainz |Efe

El tricampeón del rally Dakar Carlos Sainz ha sido galardonado con el premio Princesa de Asturias de Deportes 2020.

El Premio está dotado con una escultura de Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, un diploma, una insignia y la cantidad en metálico de 50.000 euros.

El incombustible recolector de hazañas

Carlos Sainz, dos veces campeón del mundo de rallys y en tres ocasiones vencedor del legendario Dakar, ha visto culminada su dilatada y aún activa carrera deportiva con el Premio Princesa de los Deportes, que pone el colofón a la extraordinaria trayectoria de un incombustible recolector de hazañas.

Con 58 años, Carlos Sainz sigue empeñado en añadir muescas a la carrera de unos de los mejores deportistas españoles de la historia. Y además su linaje tiene continuidad en la figura de su hijo, del mismo nombre que ya es una realidad en el Campeonato del Mundo de Fórmula Uno, ahora con McLaren y desde 2021 con la legendaria Ferrari. Sainz es, junto a Fernando Alonso, la figura más relevante del automovilismo español.

Carlos Sainz, elegido mejor piloto de la historia del Mundial de Rallys

El piloto madrileño ganó el Mundial de rallys en dos ocasiones, en 1990 y 1992, en ambas ocasiones como piloto oficial de Toyota, y fue subcampeón otras cuatro veces. Tiene un saldo de 26 victorias y un total de 97 podios y en los 129 años que estuvo en el Campeonato del Mundo.

Tal es su competitividad y su deseo de ganar, que tras dejar el Mundial de Rallys, se empecinó en competir en la prueba más dura del mundo del motor, el Rally Dakar. Lo descubrió en 2006 y después ganó la prueba tres veces, en 2010, con un Volkswagen; en 2018, con un Peugeot; y este mismo año al volante de un Mini.

Nacido el 12 de abril de 1962 en Madrid, Sainz ya era el piloto más longevo en haber ganado el Dakar al hacerlo con 55 años 2018. En 2020 superado por dos años su propia marca y, con su excepcional estado de forma y su exigencia máxima, parece que su único límite es el que él mismo quiera marcarse.