Alcobendas Rugby sufre ante Ciencias y defenderá su corona de Copa en Sevilla

  • Se verá las caras el próximo 1 de mayo con el SilverStorm El Salvador
Alcobendas Rugby - Ciencias
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El Lexus Alcobendas Rugby defenderá su corona en La Cartuja, en Sevilla. El equipo madrileño hizo valer su mayor oficio y manejo en partidos de alto voltaje para batir al Ciencias Enerside tras un dramático desenlace (23-18) que permite a los del norte de Madrid sellar su cuarta presencia consecutiva en la final de la Copa del Rey, donde se verán las caras el próximo 1 de mayo con el SilverStorm El Salvador.

No hubo sorpresa en Las Terrazas, si bien el conjunto sevillano puso las cosas muy difíciles a los anfitriones, que hubieron de ponerse las pilas en el segundo período para levantar un choque que se les había complicado después del excelente desempeño de un Ciencias ambicioso y tenaz en el acto inicial, que cerró con ventaja en el luminoso gracias a la efectividad con el pie del irlandés Fox.

El partido arrancó vivo, con los dos equipos metiéndole mucho ritmo, tratando de ganar metros jugando a la mano. Sin embargo, fue un grosero error de manejo en la línea de tres cuartos hispalense, tratando de alcanzar el medio campo, lo que propició la primera alteración en el luminoso. El oval cayó a los pies de Sergio Molinero y el segundo centro granate pateó en largo para hacerse con el cuero justo cuando ya pisaba la línea de marca visitante.

Ciencias no alteró un ápice su hoja de ruta y siguió apostando por el juego abierto, tratando de romper la línea defensiva local con acciones electrizantes a la mano. Cierto es que no lo consiguió en todo el primer período, pero a cambio forzó innumerables indisciplinas en la escuadra madrileña, que dieron pábulo al recital de pateo de Cormac Fox. El apertura irlandés dejó patente por qué es uno de los mejores anotadores de la División de Honor y, uno tras otro, convirtió los cinco golpes de castigo que ejecutó en ese primer acto del choque, volteando hasta en dos ocasiones el marcador.

El claro dominio científico en varias fases de esa entrega inicial, llegando a contar con una superioridad por la amarilla del pilier local Hartig, no fue, sin embargo, aprovechado por los de Manu Mazo para abrir brecha en el luminoso, circunstancia que no les impidió irse al descanso con una mínima renta (14-15).

El panorama daría un vuelco significativo tras el paso por vestuarios. Alcobendas salió con nuevos bríos, tratando de recuperar la posesión y metiendo presión a Ciencias, sacándole de su campo, donde había campado a sus anchas hasta ese momento. El empuje granate obligó a los sevillanos a fortalecer su defensa y a cometer algunas indisciplinas, lo que aprovechó Tomás Granella para devolver el golpe a los de Mazo convirtiendo dos pateos casi sucesivos que daban nuevamente el mando del partido a los capitalinos.

El choque entró en una fase de desgaste en la que Ciencias echó el resto tratando de romper el muro de contención madrileño para lograr un primer ensayo que le permitiera equilibrar las tornas. Sin embargo, la resistencia numantina del XV madrileño metió el nerviosismo en el cuerpo a los sevillanos, cuyo despliegue ofensivo ya no fluía a la velocidad y con clarividencia del primer período. Incluso vio mermado sus efectivos con una tarjeta amarilla a Clement Gasca.

El Lexus entró en ese momento delicado de partido en el que últimamente venía bajando sus prestaciones, pero en esta ocasión no le perdió la cara a su rival, haciendo gala de esa concentración y esa solidez en todas sus líneas con las que han sacado adelante tantos partidos en los últimos ejercicios.

Su quirúrgica presión sobre la línea de contención visitante sacó un nuevo golpe, a cinco minutos del final, que Granella marró por segunda vez. Sin embargo, el apertura argentino se resarció al minuto con una patada desde su casa que dejaba a cinco puntos de distancia al Ciencias.

La última acción, una melé a cinco metros de la línea de marca madrileña, fue el emocionante epílogo de un duelo trepidante y jugado de poder a poder por dos equipos que acabaron exhaustos por el titánico esfuerzo realizado, y en el que Ciencias no dio con la fórmula de lograr ese posado que le hubiera permitido dar la vuelta a la tortilla.