Dos jóvenes a bordo de un vagón de Metro de Madrid | EUROPA PRESS
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Parecía que la pandemia no hacía mella en los más jóvenes o los síntomas eran más benignos. Incluso se llegó a decir que los niños pequeños eran poco 'contagiadores'. En este primer año conviviendo con el coronavirus y los sucesivos hallazgos hemos ido sabiendo que los más jóvenes también sufrían y morían en las UCIs por la Covid. Más de 60 personas con edades entre los 20 y los 39 años han perdido la vida a causa de la Covid. Apenas el 0,28% de las más de 22.300 muertes por Covid en Madrid en el primer año de pandemia.

A nivel de contagios, los jóvenes sí lideran las estadísticas, sobre todo por el gran número de positivos acumulados en las dos últimas olas. Con datos cerrados a 21 de febrero de 2021, entre 15 y 24 años se suma un total de más de 67.862 casos y entre 25 y 44 la cifra supera los 170.000 positivos (más que ningún otro colectivo). En los primeros doce meses de pandemia, en Madrid se ha contagiado un joven de cada diez.

El coronavirus afecta ahora más a los jóvenes de entre 15 y 24 años

En la actual crisis sanitaria la juventud ha estado muy marcada. Primero durante la desescalada de la primera ola. Fue el colectivo más penalizado en su libertad de movimientos seguido de los niños.

Ahora, con las vacunas, pasa algo parecido. No se les considera grupo prioritario. La propia OMS lo ha dejado claro. La científica jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, ha asegurado que los más jóvenes tendrán que esperar hasta el año 2022 para recibir una vacuna contra el coronavirus.

Botellón y fiestas

Cuando se fueron ampliando los permisos, rebajando las restricciones personales y aumentando las hosteleras, proliferó el botellón. A pesar de las limitaciones de personas por grupo. Pero la falsa sensación de seguridad, al tratarse de una actividad al aire libre, se tradujo en un relajamiento de las medidas de higiene y seguridad.

Intervención de la Policía Municipal de Madrid en un botellón | POLICIA MUNICIPAL

Sin mascarillas, demasiado cerca unos de otros y hasta compartiendo las consumiciones, el virus no tardó en cebarse con este grupo de edad. Pero a pesar de ello, las fiestas ‘ilegales’ se han sucedido. A veces en número muy alto e incluso en los peores momentos de la pandemia. Con tasas muy altas de contagios.

Hasta tal punto han llegado los contagios entre jóvenes, y de éstos a sus familiares u otros grupos, que se decidió iniciar un estudio epidemiológico entre los universitarios para acotar la infección.

Primer día de vuelta a las clases en el campus de Moncloa | EUROPA PRESS

El regreso a las aulas complicó aún más el panorama. Cierto es que no se ha producido el estallido infeccioso que algunos preconizaron, pero aun así el retorno ha supuesto poner en cuarentena a una parte de la población infantil y juvenil y tener que cerrar clases o centros enteros.

También es importante la movilidad que la población escolar y universitaria representa en Madrid. Más de un millón de personas que mayoritariamente usan el transporte público.

Estudiantes en la estación de Metro de Ciudad Universitaria | EUROPA PRESS

En las etapas más avanzadas de educación obligatoria y bachillerato algunos centros han optado por la enseñanza semipresencial ante las dificultades para garantizar la separación necesaria. Ello ha llevado a la preocupación por el posible aumento del absentismo escolar que se ha decidido atajar antes de que sea demasiado tarde.

Preocupación en Getafe por el posible absentismo debido a las clases semipresenciales

Aumenta el paro juvenil

Otro de los efectos de la pandemia en los más jóvenes es el desempleo. Antes de declararse la crisis sanitaria el grupo de trabajadores menores de 25 años ya soportaba uno de los peores datos de toda la OCDE (31,2%).

A medida que han ido pasando los meses y debilitándose el mercado laboral también ha ido creciendo la cifra de desempleo juvenil hasta situarse muy cerca del 41%. Por sexos, las chicas soportan una tasa superior (42,7%) que los chicos (39,1%).

El porcentaje de jóvenes de 15 a 29 años que no estudian ni trabajan ha subido al 17,3% en 2020, 2,4 puntos más que el año anterior, con lo que se rompe la tendencia a la baja iniciada en 2013 cuando la tasa alcanzó su valor máximo (22,5%). Este incremento está relacionado con la menor tasa de empleo en este tramo de edad, puesto que el porcentaje de la población que estudia o se forma sigue subiendo hasta llegar en 2020 al 57,3%, 0,7 puntos más que en 2019, según los datos publicados por el Ministerio de Educación.

Desánimo y ansiedad

"Me sentía muy deprimida, como si todo lo que hiciera de repente ya no tuviera sentido". Esta frase resume el sentir de muchas personas jóvenes. Es uno de los testimonios que recoge el estudio 'El impacto de la Covid-19 y la "nueva normalidad" en la juventud valenciana', elaborado por el Institut Valencià de la Joventut (IVAJ) y el Consell Valencià de la Joventut (CVJ).

El objetivo era conocer cómo ha impactado la pandemia y el confinamiento entre las personas de 12 a 30 años. Como conclusión, el 50,6% de la juventud valenciana sintió ansiedad durante el confinamiento y el 25,8% todavía la sufre en la "nueva normalidad".

"Me preocupa como joven el futuro que nos espera y si se asemejará a esto que estamos viviendo. Siento que mi futuro profesional y laboral será todo un reto", afirma una de las participantes.

Solidaridad y civismo

Pero la Covid también ha sacado lo mejor de una parte de la juventud que ha respondido ante el reto común de ocuparse de quienes tienen más dificultades, añadidas por la situación.

Jóvenes de Villaviciosa hacen la compra a personas mayores que no pueden salir

E incluso tenemos algún ejemplo de civismo que fue noticia en todo el país y tuvo el reconocimiento de varias instituciones del Estado. Es el caso de Pablo Alcaide y varias decenas de jóvenes que decidieron limpiar las calles de Logroño tras los disturbios nocturnos en contra de las restricciones para frenar la pandemia.

No olvidemos tampoco que jóvenes son también los que componen muchas de las despensas solidarias que son fundamentales para llevar alimentos a miles de personas en toda la región.

Un grupo de jóvenes participan en una campaña de recogida de alimentos | CÁRITAS

Y jóvenes son también muchos de los voluntarios de servicios como Protección Civil que en la mayoría de las poblaciones cumplen funciones asistenciales y de acompañamiento a los más vulnerables durante la actual crisis sanitaria.