La climatología y la entrada, ahora sí, del invierno con mayor intensidad, ha causado destrozos en la región por caídas de árboles y cornisas provocadas por el fuerte viento. Pero además está dejando un rastro de suciedad en unas calles repletas de hojas caídas, de lo que se quejan ciudadanos y también trabajadores de la limpieza viaria, que se sienten desbordados y achacan la situación a los contratos a la baja que firmó el ayuntamiento de la capital con las empresas que prestan este servicio durante la legislatura anterior.