La cobertura del móvil de Diana Quer revela que El Chicle no la abordó donde dice

  • Los agentes tenían previsto detener a Enrique Abuín "a mediados de enero", pero la agresión de diciembre lo precipitó

Los cuatro especialistas encargados del rastreo y del análisis de los datos móviles en el caso de Diana Quer han confirmado este miércoles que la cobertura del teléfono de la joven hace "inviable" que el único acusado por el crimen, José Enrique Abuín Gey, El Chicle, abordase a la joven en el lugar que dice.

Los miembros del grupo GATO de la Guardia Civil, de apoyo tecnológico a los investigadores, han desgranado en la séptima jornada de la vista oral la reconstrucción virtual del último recorrido que hizo Diana Quer en función de las conexiones de su terminal con las antenas de telefonía móvil.

A través de un minucioso estudio y una reconstrucción virtual, en base a la triangulación se ha reconstruido el itinerario realizado por Diana Quer y que es "incompatible totalmente" con que la víctima caminase por la calle Venecia como sostiene el encausado. Esa estrecha vía tiene un "muro alto" que actuaría como "barrera física" impidiendo que su aparato se conectase a la antena que recoge la señal, han contado.

La reconstrucción indica de hecho que Diana caminó hacia su vivienda "indubitadamente" por el camino de Areal, como sostienen las acusaciones, manteniendo simultáneas conversaciones de mensajería instantánea (WhatsApp) llegando a intercambiar un total de 123 mensajes en diez minutos. En un momento dado, dejó de interactuar 48 segundos con su terminal y, tras este parón, el primer mensaje que envió fue: "Me estoy acojonando". Después, continuó sus conversaciones hasta las 02:24:45 cuando mandó su último mensaje en el que aclaraba que el motivo por el que se asustó había sido un grito de "Morena, ven aquí". Y ya no volvió a enviar ningún mensaje más pero sí recibió uno nuevo que ella ya no leyó.

Este análisis evidenció también que ese terminal estaba "siendo obstruido por algo", que podría ser un "vehículo" o lo que fuese que lo estaba "tapando". De hecho, en menos de un minuto la velocidad de movimiento se incrementó, hecho que permitió a los investigadores interpretar que se estaba desplazando en un vehículo, se supone que el Alfa Romeo del Chicle.

El teléfono de Diana perdió su conexión en Taragoña -donde Abuín Gey reconoce que arrojó el móvil-, y las conexiones del acusado continúan hasta Asados, donde está la antigua fábrica de gaseosas con una planta sótano en la que se encuentra el pozo al que la arrojó. Las interacciones con las antenas sitúan el teléfono de El Chicle "sin ningún género de dudas, a las 3:04" en Asados, han expuesto los especialistas. Y, pese a que no interactuó con el terminal, una señal automática volvió a situar al encausado en la zona de la nave "como mínimo" una hora y veintiún minutos después. A partir de ese momento, su teléfono ya no volvió a emitir ningún tipo de señal hasta las diez de la mañana del día siguiente.

"Tengo grabada la cara de la niña"

El Chicle reconoció "espontáneamente" a los agentes de la Guardia Civil que lo llevaron hasta la nave abandonada de Asados que había regresado allí con posterioridad al crimen para "fondear el cuerpo" y rechazó acercarse al pozo ante el recuerdo del cadáver de la joven. Así lo ha dicho un agente de la UCO que ha prestado declaración como testigo. "Tengo grabada la cara de la niña como si la estuviera viendo ahora mismo", dijo el acusado, según el agente.

Ante el tribunal, el guardia civil ha explicado que, tras su detención, El Chicle reconoció desde el "primer momento" haber sido el autor de la muerte, pero lo atribuyó a un atropello. Inicialmente, aseguró que había enterrado a Diana en el Polígono de A Pobra, algo que fue descartado pero que se investigó. Posteriormente, llevó a los agentes al Puerto de Taragoña. Finalmente, El Chicle confesó, tras la puesta en libertad de su mujer, que había arrojado el cuerpo de Diana a un pozo ubicado en el sótano de la nave abandonada de Asados, a donde se dirigió esa misma madrugada con los agentes.

Se le iba a detener "a mediados de enero"

La Guardia Civil tenía previsto detener a Enrique Abuín "a mediados de enero" de 2018, menos de un mes después de que el intento de agresión en Boiro ocurrido en las Navidades de 2017, y por el que ya ha sido condenado, precipitasen este proceso, llevando al hallazgo del cuerpo de Diana Quer. Así lo ha dicho un agente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se incorporó en enero de 2017 a la investigación.

Una de las cuestiones que llevó a la Guardia Civil a sospechar de El Chicle en el caso Diana Quer fue su "patrón de conducta" con otras denuncias previas de acoso sexual, entre ellas la violación que denunció su excuñada pero que, inicialmente, fue archivada.

Meses antes, la Guardia Civil inició un "dispositivo de vigilancia" de Enrique Abuín que él "detectó" y por el que se puso en contacto con agentes que conocía en relación a un alijo de cocaína que le habían encontrado años antes. Esa noche, Enrique Abuín reconoció a los agentes que esa madrugada había estado en las fiestas de A Pobra y dijo que había ido junto con un amigo, el que declaró durante el juicio que lo acompañaba habitualmente a conocer mujeres.

Mejores Momentos

Programas Completos