Negocios centenarios de Madrid, en peligro de extinción por el coronavirus

Los negocios centenarios de Madrid viven con preocupación su futuro inmediato por culpa del coronavirus.

El restaurante Lhardy, presente en la Carrera de San Jerónimo desde hace 181 años, no descarta tener que acudir al concurso de acreedores. Su gerente, Daniel Marugán, dice que "la quiebra está sobre la mesa, está encima de nosotros. "Es muy triste la situación, pero hay que hablarlo, aunque mi hija quisiera continuar con el negocio pero aunque no queremos está sobrevolando nuestras cabezas", añade.

Abrieron hace poco el restaurante que ahora sólo recibe a comensales durante las comidas y de martes a domingo . "Estamos perdiendo dinero pero hay que mantenerlo abierto". Antes dábamos 100 comidas cada fin de semana, ahora apenas servimos 30. "La gente se asusta, se retrae con las medidas de confinamiento y no quieren venir a restaurantes como este".

"Estamos perdiendo dinero pero hay que mantenerlo abierto"

Se queja del trato recibido por parte de las autoridades municipales: "Hemos mantenido reuniones para buscar alternativas por ejemplo instalar terrazas en la calle pero no hemos llegado a nada". Daniel Marugán cree que "no se puede tratar a los locales que estamos en el centro de Madrid, muy expuesto a la caída del turismo igual que a los establecimientos de la periferia ".

Piden medidas concretas; por ejemplo, una reducción del IBI que pagan "muy alto en esta zona del centro".

Casa Mira

A pocos metros de allí, también en la Carrera de San Jerónimo, Carlos Ibañez, sexta generación de Casa Mira, también se muestra preocupado. La caída del turismo tanto el nacional como el extranjero les afecta mucho sobre todo durante el verano que es la "temporada baja" en el consumo nacional de mazapanes y turrones.

"Casa Mira vive mucho del turismo, de los franceses, asiáticos,....y ahora tenemos museos semicerrados, hoteles sin turistas...", dice. "Mi padre no vivió esto nunca, mi abuelo no vivió esto nunca, no hemos vivido nada parecido desde la Guerra Civil", añade.

"Casa Mira vive mucho del turismo, de los franceses, asiáticos,....y ahora tenemos museos semicerrados, hoteles sin turistas..."

Calcula que la facturación este año caerá al menos un 20%. "Y esto repercute en todo, se compra menos materia prima,se contrata a menos trabajadores. Este año va a ser un año de apretarse mucho el cinturón".

Mantequería Andrés

En el Paseo de los Olmos, Andrés regenta la Mantequería Andrés junto a su hermano. Cuenta que les ha afectado la caída del canal de hostelería pero no "el de los particulares". "Hemos sobrevivido muy bien porque incluso los particulares consumen ahora más porque en lugar de ir a restaurantes se quedan en casa". "Ya que salimos menos vamos a comer mejor en casa", nos dice que le cuentan sus clientes.

"Hemos sobrevivido muy bien porque incluso los particulares consumen ahora más porque en lugar de ir a restaurantes se quedan en casa"

Sus productos de calidad, desde legumbres a granel del país, bollería artesana como Nicanores de Boñar, corbatas de Unquera, pastel ruso, trenza de Huesca, espárragos navarros cojonudos, pimientos de Navarra, mejillones de las rías gallegas fritos en aceite de oliva, anchoas de Santoña, cremas artesanas de navarra, cervezas artesanas, quesos elaborados a mano, licores destilados en pequeñas licorerías familiares... son muy apreciados por una clientela fija que paga un poco más por productos que llegan a este establecimiento de todos los puntos del país.

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