Serguei lleva 17 de sus 28 años viviendo en El Casar, al límite entre Madrid y Castilla la Mancha. Es de Kahovka, ciudad al sur de Ucrania y la primera en ser invadida. Tiene familia en el país, tanto en la citada ciudad como en Kiev. Durante la madrugada de ayer, recibía la angustiosa videollamada de sus familiares donde incluso se podían apreciar los temblores.
Su prima está en Kiev y está organizándose para salir hacia Polonia, pero la cosa se está complicando. Le cuenta que allí muchos se refugian en el metro. Por otra parte, sus tíos, que viven en el sur, están intentado preparar los coches para salir de ahí a la frontera más cercana.
"La verdad es que ha sido horrible porque nos han despertado a las siete de la mañana con llamadas, diciendo que la tierra temblaba, las casas parecían derrumbarse y, bueno, un horror. No saben por qué, ni quién, ni nada. Un ataque a traición y es horrible. No sabíamos que esperar de los rusos, por qué se llevaban a nuestros hermanos, y nos han apuñalado por la espalda".
Según nos dice Serguei, estuvo hace apenas dos semanas en Kiev y la situación era normal, "se respiraba paz, una ciudad más de Europa, tranquilidad y normalidad, la gente con sus trabajos. Nadie se imaginaba que podía pasar este horror".
"Mi cuidad era un punto estratégico, ya que abastece agua potable a Crimea. Entonces era uno de los primeros puntos a tomar. Dicen que ha tomado la ciudad y, sobre todo, la presa", en donde tienen fuerzas al lado, ya que es un punto donde las fuerzas ucranianas no pueden atacar porque provocaría inundaciones.
Serguei declara que esta situación es muy triste y que simplemente quieren vivir tranquilos, ya que la guerra está en sus casas. Ahora todos los ucranianos quieren salir de allí para poder seguir con sus vidas. "Cierto es también que la gente se está empezando a inmovilizar y están actuando en favor del país".