Las mujeres rurales reciben el premio a la solidaridad civil por su labor durante la pandemia

  • Hablamos con su presidenta, Carmen Quintanilla: “Estoy feliz porque hemos salvado vidas” 
Las mujeres rurales reciben el premio a la solidaridad civil por su labor durante la pandemia

La asociación de mujeres rurales AFAMMER ha recibido el Premio a la Solidaridad Civil del Comité Económico y Social Europeo por su labor de aprovisionamiento de material de protección frente al coronavirus en los primeros meses de la pandemia, cuando apenas había mascarillas y otros elementos para protegerse del virus.

“Estoy feliz porque hemos salvado vidas”, dice en Madrid Directo Carmen Quintanilla, presidenta de AFAMMER. “El premio es un homenaje a las 190.000 mujeres rurales que han sido un ejemplo para todos”, añade.

"Espero que esta experiencia se aproveche en la estrategia contra la España vaciada"

La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia del medio rural para el funcionamiento de la sociedad: “De pronto el mundo se ha dado cuenta de que tenía asegurado comer gracias a las personas del entorno rural que han mantenido la producción”, dice Quintanilla.

Somos un referente de la vida saludable. Espero que esta experiencia se aproveche en la estrategia contra la España vaciada. Perdiendo pueblos perdemos nuestra identidad”, afirma la presidenta de AFAMMER.

“Con esta iniciativa hemos visibilizado a la mujer rural, fuerte, valiente, que cuida su explotación, a sus hijos y a sus mayores. Es el pilar fundamental, sin las mujeres no habrá futuro en los pueblos”, añade.

La red solidaria de AFAMMER fabricó medio millón de mascarillas y otros materiales de seguridad para sanitarios, personas mayores y trabajadores esenciales en el entorno rural

ASÍ SE CONTRUYE UNA RED SOLIDARIA

En las primeras 48 horas del confinamiento, cuenta Quintanilla, empezaron a llamarnos con verdaderas tragedias personales diciendo que no tenían nada para protegerse. Me puse en contacto con las mujeres de la asociación para construir la red solidaria”, cuenta la presidenta.

Este grupo de mujeres echaron mano de sus mejores telas de algodón, guardadas en ajuares y armarios. “Más tarde nos llamó la bióloga Charo Cospedal y nos dijo que quería ayudarnos a conseguir tela y otros materiales adecuados para hacer las mascarillas”, explica Quintanilla.

En paralelo a la confección de material de protección, AFAMMER creó también una red telefónica de vecindad para paliar el aislamiento en sus pueblos, especialmente de las personas mayores.

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