La sequía y las altas temperaturas hunden la producción de miel

  • Se espera recolectar hasta un 70% menos de producto en comparación con años anteriores
Foto: EUROPA PRESS |Vídeo: Telemadrid

Madrid se enfrenta a una preocupante crisis apícola a medida que la población de abejas continúa disminuyendo y la producción de miel se ve afectada por la sequía y las altas temperaturas. Aunque la calidad de la miel madrileña sigue siendo excelente, la cantidad recolectada ha sufrido una reducción significativa en comparación con temporadas anteriores.

La combinación de sequía, calor extremo y escasez de néctar en las flores ha llevado a las abejas a producir solo la cantidad necesaria de miel para su propia supervivencia. Como resultado, se espera que este verano se registre una de las peores cosechas de miel. Los apicultores informan que esperan recolectar hasta un 70% menos de producto en comparación con años anteriores.

Iván del Río, un apicultor de la región, nos expresa su preocupación: "La miel de Madrid es una de las mejores del mundo, lo que pasa es que este año la sequía hace que haya mermado. Estamos en un 70% menos de producción".

Conocemos las colmenas de donde sale la mejor miel de Madrid
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Del Río nos explica también la importancia del agua en el proceso de producción de miel, pues el néctar recolectado por las abejas para producir miel contiene agua, que representa aproximadamente el 18% del producto final.

"Lo que pasa es que en abril, que es cuando tenía que llover, no ha llovido; y a nosotros estas tormentas que están cayendo en junio no no valen porque las flores ya están marchitadas", nos comenta el apicultor.

En condiciones normales, Iván del Río suele producir alrededor de 20 a 30 kilogramos de miel con sus 90 colmenas. Sin embargo, este año las perspectivas son desalentadoras y se espera que la producción no supere los 10 kilogramos.

Además de los desafíos causados por la sequía y las altas temperaturas, las repentinas tormentas que han estado azotando la región también han tenido un impacto negativo en las abejas, provocando la muerte de varias de ellas.

"Queremos la lluvia, pero es mejor que llueva de noche. Son insectos que tienen que salir. Necesitamos la humedad y la lluvia, pero también somos muy dependientes del sol. La lluvia les pone nerviosas porque no pueden salir de la caja", concluyó Iván del Río.

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