La lluvia retrasa la llegada del verano en Madrid

  • Lluvias y cambios de temperatura marcan la transición hacia el verano
  • Una fuerte granizada sorprendió a los madrileños en la tarde del domingo
Foto: EUROPA PRESS |Vídeo: Telemadrid

Con la llegada del verano este miércoles 21 de junio, la primavera se despide de la Comunidad de Madrid con un clima inestable. Según los pronósticos, este lunes se esperan chubascos ocasionalmente tormentosos, especialmente en la sierra, donde no se descartan ráfagas fuertes de viento.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha activado el aviso amarillo por tormentas en el área metropolitana y la zona del Henares hasta las 23 horas. Para el martes, se espera una jornada más tranquila, aunque el viento se reactivará en la sierra. Las temperaturas máximas descenderán en la Comunidad de Madrid, pero volverán a subir el miércoles con la entrada oficial del verano. Sin embargo, el inicio de esta estación estará marcado por chaparrones y tormentas en la zona norte de la región.

El jueves, las máximas rondarán los 32 grados, pero se espera que sigan en aumento hacia el final de la semana, alcanzando registros de hasta 37 grados en diversos puntos de la Comunidad de Madrid.

Esta semana podría llegar la primera ola de calor del verano, con máximas de 40 grados
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Una fuerte granizada sorprende a los madrileños en un fin de semana con altas temperaturas

En la tarde del domingo, tras un fin de semana marcado por altas temperaturas y los días más calurosos del año, los madrileños fueron sorprendidos por tormentas y un intenso granizo.

Las tormentas y el granizo llegaron repentinamente, y aunque duraron apenas unos minutos, fueron lo suficientemente intensos como para colapsar la M-30 debido al volumen de agua acumulada. Además, en algunas calles del centro, el sistema de alcantarillado no pudo hacer frente al aguacero y colapsó.

Afortunadamente, gracias a su corta duración, los bomberos del ayuntamiento solo tuvieron que realizar una decena de salidas para atender las emergencias derivadas de las tormentas. Sin embargo, muchos ciudadanos se vieron sorprendidos mientras disfrutaban de la tarde en piscinas, teniendo que buscar refugio bajo toallas y sombrillas.

En un momento dado, el viento se unió al granizo, lo que generó caos en algunos puntos de la capital. Las piedras de granizo, con un tamaño de hasta dos centímetros, cayeron como una lluvia de garbanzos.

Tanto los madrileños como los animales presentes en la zona tuvieron que refugiarse donde pudieron mientras esperaban a que la tormenta amainara.