La expansión local y la reflexión global alumbraron el Pompidou de Málaga

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La expansión local y la reflexión global alumbraron el Pompidou de Málaga
Centro Pompidou de Málaga |Archivo

El Pompidou de Málaga nació de dos búsquedas aparentemente opuestas: la expansión local y la reflexión global, que dieron como resultado un centro de nueva generación que se inaugura mañana, explicó a Efe el presidente del Centro Pompidou, Alain Seban.

Impulsor junto al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, de la primera filial temporal del Pompidou en el extranjero, Seban explica con detalle cómo se gestó este nuevo museo.

Por un lado, es el fruto del ansia de expansión local malacitana por el arte, la cultura y los museos. Y por otro, de la reflexión de fondo sobre un museo global, impulsada por Seban desde que hace ocho años tomó las riendas del Pompidou y de su primera antena fuera de París.

"Cuando llegué, lo primero que tuve que realizar fue el Pompidou de Metz (noreste de Francia), que era entonces solo una idea", recordó.

El edificio solo estaba diseñado, el proyecto cultural estaba por definir y faltaba reunir la financiación, recordó Seban, quien será relevado en el cargo por Serge Lasvignes el próximo 2 de abril.

Allí vieron "todas las potencialidades, el éxito formidable que representaba y el aporte para la imagen de la ciudad de una sede permanente", pero también las limitaciones de dar vida a un sitio tan importante de manera ilimitada.

El hecho de que el Centro Pompidou sea una "institución nacional" y el deseo de que otras ciudades pudiesen igualmente beneficiarse, derivó en el Pompidou Móvil, estructura nómada inspirada "un poco en el modelo de un circo ambulante", con exposiciones de tres meses.

La experiencia duró dos años y "funcionó muy bien", con 250.000 visitantes en seis meses y un 20 % de gente que no había visitado nunca un museo, pero una presencia tan breve "impedía trabajar en profundidad con los equipos locales" y amortizar los gastos de montaje y desmontaje.

Así surgió la idea de permanecer más tiempo y buscar algo intermedio, para mostrar mejor una colección de unos 100.000 objetos de los que en París solo se expone un 2 %, aunque de ellos 40.000 son fotografías y alrededor de la mitad negativos, imposibles de exponer.

El nuevo planteamiento, que hace tres años movilizó a todos los equipos, dio por hecho que las ciudades tienen infinidad de oficinas, monumentos o espacios industriales vacíos que proponer para habilitarlos temporalmente como lugares de exposición.

Así nació el laboratorio museístico que durante los próximos cinco años, prorrogables por otros cinco, abrirá sus puertas a los cuatro millones de turistas que visitan Málaga cada año.

Partió de una reflexión territorial francesa, unida a la agenda internacional de un museo de arte contemporáneo de vocación universal, "pues el arte contemporáneo es hoy un fenómeno mundial".

Seban recordó al respecto que cuando se inauguró el Pompidou, a mediados de los años 1970, Europa y Estados Unidos- "más concretamente París y Nueva York"- eran sus sedes, pero a finales del siglo XX era ya obvio que el arte contemporáneo estaba igualmente en China, América Latina, África, Oriente Medio e India.

El reto de crear una red y un museo globales "para que nuestra colección fuese también global" se convirtió en un objetivo prioritario e imposible de obtener cubriendo el mundo de antenas permanentes, resaltó.

"En el pasado se contempló esa hipótesis: mi antecesor (Bruno Racine, de 2002 a 2007) vislumbró uno en China, y habría sido formidable", pero luego habría que haber abierto otros en Brasil, India u Oriente Medio, y eso habría sido "imposible de gestionar".

La reflexión final comenzó hace tres años, un año después de que el alcalde de Málaga contactase con el Centro Pompidou de París, entre otros museos, en busca de una antena definitiva en su ciudad.

El proyecto de un sistema más ágil, provisional, cuajó de inmediato en el sur de España, mientras en París se veía ideal para tejer relaciones con críticos, actores del mercado, artistas e instituciones locales.

Además, en lugar de tener unas reservas que ocasionan costes, este modelo de desarrollo permitía obtener beneficios.

Los Pompidou provisionales, que en la idea de Seban deberían abrir una segunda sede en el extranjero para la que ya hay contactos en México, Brasil y Argentina, entre otros países, servirían para un modelo similar en Francia.

El laboratorio de Málaga permitirá saber cuántos centros se pueden gestionar a la vez, aunque "es posible que mi sucesor tenga unas ideas completamente diferentes", comenta Seban, que destaca la "excelente colaboración" y la "gran preparación" de todos los implicados en el proyecto malacitano.