Viento y media montaña en el lanzamiento del Tour de 2016

  • Es el segundo lugar más visitado de Francia tras la torre Eiffel
Mont Saint-Michel
Mont Saint-Michel |Telemadrid

El Mont Saint-Michel, la abadía medieval que surge del agua en el noroeste francés, el segundo lugar más visitado del país tras la torre Eiffel, acogerá en 2016 la salida del Tour de Francia, con dos primeras etapas marcadas por el viento marino y la media montaña, indicaron los organizadores. "Un inicio monumental", clamó el director de la carrera, Christian Prudhomme, durante la presentación de la salida en el Mont Saint-Michel.

Tras dos inicios en el extranjero, el norte de Inglaterra en 2014 y la ciudad holandesa de Utrech el año siguiente, el Tour volverá a sus raíces en un departamento que nunca había lanzado la carrera. Ansioso de encontrar paisajes majestuosos, de postales que sirvan para vender el turismo tanto o más que de escenario ciclista, la ronda francesa se apropiará el 2 de julio de 2016 de uno de los lugares más esplendorosos de su geografía.

REGRESO

El Tour ya marcó el Mont Saint-Michel en 2012, en su centésima edición, cuando el histórico lugar albergó una contrarreloj en la que el británico Chris Froome cimentó su victoria final. "Aquellas imágenes siguen en nuestra retina y debíamos regresar", afirmó Prudhomme.

Para entonces estarán acabadas las obras que rodean el lugar, destinadas a sustituir la actual carretera que une el monte con el continente por una pasarela que permite el paso del agua, lo que otorgará de nuevo su carácter insular al sitio cuando la marea está alta.

Una primera etapa de 188 kilómetros que se lanzará del apacible lugar de retiro de los monjes medievales para acabar en Utah Beach, en la localidad de Sainte-Marie-du-Mont, uno de los escenarios del desembarco aliado de Normandía el 6 de junio de 1944.

Será una etapa esencialmente plana, bordeando la costa atlántica francesa en la que solo el viento podrá evitar una llegada masiva y que el primer maillot amarillo de la edición recaiga un "sprinter". "Es una etapa claramente hecha para los 'sprinters'", afirmó Prudhomme.

Escenario totalmente diferente el de la segunda jornada, en la que los organizadores proponen ya un primer contacto con la media montaña y una llegada en alto, en la cima de La Glacerie, tres kilómetros de ascensión con pasos de hasta el 14 por ciento de desnivel. En total, 182 kilómetros entre Saint Lô y Cherbourg-Octeville con pasajes por zonas escarpadas y otros en el litoral marino, lo que puede hacer estallar la calma del pelotón.

"El final es muy escarpado, es una etapa para los aventureros, pero en ella los que postulan a la general estarán obligados a mostrar ya sus cartas", señaló el director de la prueba. Prudhomme señaló que "el Tour tiene que ser un equilibrio en el que todos los ciclistas tengan terreno para mostrar su talento" y en esas dos primeras etapas quiso mezclar ese espíritu.

De la tercera etapa los organizadores solo desvelaron que comenzará en Granville y que abandonará el departamento de La Manche, pero para conocer su destino y perfil habrá que esperar a la presentación del recorrido el 20 de octubre próximo.