La era de la computación cuántica está obligando a las empresas tecnológicas a invertir en nuevos desarrollos capaces de afrontar procesos de gestión de información cada vez más voluminosos y rápidos como los que exige, por ejemplo, la inteligencia artificial.
Es el caso de Google, que este lunes ha presentado su nuevo chip cuántico, al que ha llamado Willow, "un gran paso en un viaje que comenzó hace más de 10 años", resume Hartmut Neven, fundador y director de Google Quantum IA.
Este chip de última generación promete una potencia de cálculo "extraordinaria" y un avance en la corrección de errores.
Por lo tanto, Willow se convertirá en una pieza clave para el futuro ordenador cuántico útil y a gran escala.
En las pruebas previas a la presentación, el procesador fue capaz de realizar en unos cinco minutos una tarea de referencia que el superordenador Frontier, uno de los más rápidos, tardaría muchísimo más tiempo en completar, en una cifra difícil de imaginar.
Se trata de un "alucinante" número que "excede las escalas de tiempo conocidas en física y enormemente la edad del universo", apunta Neven.
Asimismo, se demuestra la reducción exponencial de errores a medida que se aumenta el número de cúbits.
Sin embargo, el trabajo es aún muy preliminar y está lejos de la consecución de un ordenador cuántico definitivo, señalan fuentes consultadas por EFE.