Varios dispositivos Ameca conversan en la Cumbre sobre Inteligencia Artificial de la ONU en Ginebra | EFE
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El 28% del empleo en España corresponde a ocupaciones con alto riesgo de automatización, una vez incorporado el efecto de la Inteligencia Artificial (IA), en comparación con una media del 27% para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según señala el 'think tank' de las economías avanzadas.

Y, a pesar de que todavía esta tecnología se encuentre en una fase “muy temprana”, tendrá “un impacto significativo” en el mercado laboral a corto plazo, “centrándose en los sectores manufacturero y financiero, que han estado integrando la IA en los procesos de trabajo durante varios años”, así como en las grandes empresas.

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Sobre esta última cuestión, la OCDE indica que “hay muchos ejemplos de herramientas de contratación de IA que han incorporado prejuicios humanos contra las mujeres, jóvenes, las personas con discapacidad y las minorías étnicas o raciales” a la hora de seleccionar personal. Entre los países examinados, Hungría, Eslovaquia y República Chequia aparecen como aquellos con mayor proporción de empleo en peligro de ser automatizado, por encima del 35%, mientras que las economías con menor riesgo serían las de Luxemburgo y Reino Unido, por debajo del 20%.

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EL MOMENTO DE ACTUAR ES AHORA

Por ello, la OCDE considera que “existe una necesidad urgente de acción política para garantizar que la IA se desarrolle y utilice de manera confiable. Debe ser segura y respetuosa de los derechos fundamentales como la privacidad y la equidad, el derecho de los trabajadores a organizarse u la transparencia. "Debe quedar claro quién es responsable en caso de que algo salga mal", señala la OCDE. También apunta que la negociación colectiva y el diálogo social tendrán “un papel importante”.

Una encuesta realizada por la OCDE con la participación de 2.000 directores de empresas y 5.300 trabajadores revela que existen “preocupaciones tangibles”. Los preguntados temen la recopilación de datos que la IA realiza sobre su comportamiento o cómo hacen su trabajo. Más cuando una de las “motivaciones clave” para que las empresas apuesten por la IA es la productividad y reducir los costes.

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Asimismo, apunta que es probable que la adopción de la IA tenga un profundo impacto en las competencias necesarias en el mercado laboral y destaca que los Servicios Públicos de Empleo en España son de los pocos entre los países de la OCDE que están financiando una estrategia global de competencias a nivel estatal que se centra no sólo en las competencias digitales, sino también en las competencias cognitivas y transversales necesarias para desarrollar e interactuar con los sistemas de IA.