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Es uno de los momentos más delicados del paso de las procesiones por las angostas cales del centro de Madrid. De vez en cuando, los cables del tendido eléctrico interfieren en la marcha procesional y hay que recurrir a un método muy simple pero efectivo para solventar el problema.

Lo hemos visto durante la procesión de La Borriquita a su paso por la calle del Postigo de San Martín. Uno de los cofrades se ha tenido que subir a una escalera y, por medio de una pértiga especial, ha levantado el cableado para dejar pasar a la imagen, lo que ha provocado el aplauso unánime de los asistentes.

Los costaleros han tenido que poner, también, de su parte. Se han agachado en ese preciso instante para rebajar la altura de la imagen, calculando meticulosamente la distancia y así facilitar el inconveniente del cableado.

Todo un mérito para los 45 costaleros que llevan la imagen de La Borriquita, teniendo en cuenta que pesa en total 1.200 kilos.