Estos días en los que se vuelve a hablar de la hazaña protagonizada por comandante Chesley "sully" Sullenberger en el río Hudson de Nueva York, sobre todo a raíz del film interpretado por el actor Tom Hanks, conviene recordar una hazaña similar aunque no tan reconocida ni recordada: la protagonizada por el comandante de Spantax Eugenio Maldonado el 16 de septiembre de 1966.
El comandante Maldonado estaba aquel día a los mandos del vuelo Iberia 261, operado por Spantax , que unía los aeropuertos de Los Rodeos en Tenerife y de Buenavista en la isla de La Palma.
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Los restos del DC3 reposan desde hace medio siglo a 30 metros de profundidad en la costa tinerfeña.
Con 24 pasajeros y 3 tripulantes a bordo apenas llevaban dos minutos en el aire cuando a una altura de unos 2.800 pies, algo menos de 1.000 metros, el motor izquierdo del Douglas DC-3 que volaban aquel día dejó de funcionar.
A pesar de que Maldonado aplicó toda la potencia al motor derecho el avión, éste siguió perdiendo altura. Así que, con la ayuda de su copiloto Fernando Piedrafita, no les quedó más remedio que planificar un amerizaje frente a los acantilados de El Sauzal (Tenerife).
Igual que en el caso de Sully el amerizaje fue perfecto y todos los ocupantes del avión sobrevivieron a la complicada toma, aunque a diferencia del caso del Hudson, en Tenerife uno de los pasajeros, presa del pánico, se aferró a un estribo cercano a la puerta del avión y se negó a soltarse, hundiéndose con el aparato.
