Hace exactamente diez años, no podíamos imaginar que la caída de Lehman Brothers iba a desencadenar una tempestad a escala global. Fue un lunes negro en Nueva York y el comienzo de la crisis que cambio nuestro mundo.
Tras el colapso registrado en el número 725 de la Séptima Avenida de Nueva York, el comercio mundial cayó un 20 %, un 80 % de los países entraron en recesión -las economías emergentes aguantaron el golpe- y se puso en cuestión la zona euro, donde algunos países atravesaron graves dificultades, como Grecia, Portugal o España.
Desde entonces nada fue igual
Aquí en España, seguimos notando los efectos de la crisis diez años después. De hecho, nuestra sociedad siente que no es la misma. ¿Cómo les ha cambiado la vida a los madrileños?
No hace falta saber de economía. El bolsillo es más tozudo que la estadística. Diez años después la huella de la crisis marca la realidad de la mayoría de las familias. Sus números desmienten los anuncios de recuperación.
Preguntamos a mucha gente, no tiene valor de encuesta. Pero tal vez sirva como termómetro social de un barrio de clase media de Madrid:
Y si preguntamos qué resuman en una palabra la crisis. Hay una que nadie cuestiona: precariedad.
También resuena otro concepto: desigualdad
No son economistas pero han dado con la clave que indican todos los estudios: la crisis se ha traducido en precariedad y desigualdad.
Ha pasado lo peor. Atrás quedan 26.000 desahucios al año y cuatro millones de parados. La economía crece. Sin embargo, se sigue buscando la fórmula mágica, que resuelva como cuadrar la estadística con la cuenta bancaria.