En el Centro Social Ramiro de Maeztu de Leganés, donde se atienden a familias disfuncionales, con problemas de salud mental o con miembros drogodependientes, se vienen produciendo amenazas, improperios e insultos hacia sus trabajadores, que reclaman unas mejores condiciones para desarrollar su actividad.
Escupitajos o amenazas de muerte eran parte del día a día de tres trabajadores sociales que se dieron de baja en junio debido a la peligrosidad de su trabajo y reclaman la presencia de seguridad en el centro para volver, de forma tranquila, a sus puestos.
Para cumplir con las exigencias de los trabajadores, Unión por Leganés presentó el pasado 13 de diciembre ante el pleno del Ayuntamiento una moción, que fue aprobada por unanimidad, para dotar de vigilancia al centro.
Ahora, desde el Gobierno de la localidad se avistan y barajan distintas posibilidades para dejar atrás la inseguridad del Ramiro de Maeztu. Algunas de ellas pasan por destinar a un policía local en las instalaciones, o contratar a vigilantes de seguridad privada que garanticen unas condiciones de trabajo “normales”.