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“Los rusos han ocupado Lisichanks, la ciudad está en llamas”. Es el angustioso mensaje del gobernador de la región de Luganks, Serly Gaidai, reconociendo que el último bastión ucraniano en la zona, ha caído. “Han empleado, dice, tácticas inexplicablemente brutales”.

Ucrania califica de terrorismo el ataque ruso con misiles a un centro residencial en Odesa y a otros objetivos civiles

El Ejército ruso se centra ya en el próximo objetivo, la vecina región del Donetsk, otro escalón en el plan final de ocupar todo el Donbas, fronterizo con Rusia. Analistas occidentales dudan de la capacidad de Moscú de lograr esa ocupación tras cinco meses de guerra y unas tropas muy desmotivadas. Y un nuevo elemento se une a la desestabilización. El presidente bielorruso Lukasenko, firme aliado de Putin, denuncia que Ucrania ha disparado misiles contra su país. Lukasenko omite que Bielorrusia presta su suelo a Rusia para sus fines bélicos. El lunes, un bombardeo sobre población civil en Karkiv mató a nueve personas e hirió a 32, entre ellos a varios niños. Sus madres les acompañan en el hospital. El más grave es el hijo de Irina Bondarenko. “Un fragmento de metralla, dice, le atravesó el brazo, perforó el pulmón y se detuvo cerca del corazón”. No obstante, la vida del pequeño no corre peligro.

Al menos 18 muertos en un ataque con misiles rusos en un distrito de Odesa

Ucrania resiste. Esta es la historia de Mariia, comandante de pelotón. Desde siempre quiso ser soldado, pero finalmente se licenció como abogada, profesión que ejerció una década. La guerra ha cumplido su deseo. “No importa ser hombre o mujer, dice, lo importante es cumplir”. Ahora Maria manda una brigada en el frente del Donbás. A sus órdenes está su marido, también soldado.