El caso Salazar golpea al PSOE y deja en entredicho a sus ministras
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asumía ayer, tras la presión mediática y las voces críticas dentro del partido, el error en la gestión de los presuntos casos de acoso sexual de su asesor Paco Salazar. Lo hizo sin micros delante, en unos corrillos con la prensa.
Pero el mismo día que Sánchez pedía perdón se conocía que el partido ha llamado a las víctimas para que no den su versión a los medios. Sánchez, además, decía que el partido no puede ir a la Fiscalía. Pero cada vez más mujeres socialistas creen que se puede y que se debe. En esos términos se ha expresado la que fuera vicesecretaria general del PSOE Adriana Lastra, actual delegada del Gobierno en Asturias, quien ha exigido al partido que, una vez que el Comité Antiacoso acabe sus averiguaciones, las ponga en conocimiento de la Fiscalía.
María Jesús Montero, que además de vicepresidenta es candidata y líder del partido en Andalucía es una de las más señaladas. Abanderada del feminismo, el jueves reconocía que estaba al tanto de la denuncia por acoso sexual presentada en junio contra el líder socialista de Torremolinos.
También señalan a la portavoz del Gobierno. Pilar Alegría habría comido hace poco más de un mes con Paco Salazar, cuando ya había saltado el escándalo y con el Gobierno y sin que se abriera aún ninguna investigación
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