Voluntarios de Cruz Roja ayudan a un anciano a salir del autobús que le sacaba anoche de Mariúpol. Más de 700 personas han logrado salir de la ciudad: la más castigada por los bombardeos rusos desde que comenzó la invasión. Allí, en Mariúpol, siguen atrapados 160.000 civiles. Un convoy de Cruz Roja intentará, de nuevo, sacarlos de la ciudad. El Papa ha asegurado hoy que está abierto a aceptar la invitación del presidente ucraniano Zelensky de viajar a Kiev.
Mientras, en Kiev, la contraofensiva ucraniana coge impulso. Los combates se centran en Dimitrivka, a 35 kilómetros de la capital.
Según el ministerio de Defensa ruso, anoche destruyeron 67 objetivos militares ucranianos. Uno de ellos, no militar precisamente, ha sido un barrio de Mikolaiv. “Estoy bajo una presión nerviosa constante, dice Mikola Gregorasenko, esperando lo peor”.
Así está Irpin recién liberada por el Ejército ucraniano. Al menos tres mil civiles han muerto. De sus 60.000 habitantes solo 500 siguen en la ciudad, en su mayoría ancianos.
Al menos 1.200 civiles han muerto ya en la guerra, de ellos 158 menores, y 2.000 han resultado heridos, de ellos 254 niños. Mariya Oloska llora la muerte de su padre, muerto en las afueras de Kiev y enterrado en el jardín de su casa.
Y Ucrania resiste, aunque sea desde Praga. Allí han instalado Radio Ucrania, dedicada a los 300.000 refugiados que han logrado llegar a la Republica Checa.
“Espero ayudarles a comenzar una nueva vida”, dice la periodista Natalia Churikova. Emiten información adaptada a las necesidades de los refugiados.
