Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
(Actualizado

En agosto de 1961, la República Democrática de Alemania, la Alemania del Este, ordenó levantar un muro que separara Berlín oriental y occidental, estableciendo zonas de cierre fronterizo.

La intención era evitar todo contacto entre los vecinos de la capital dividida, pero también levantar una barrera simbólica entre dos Europas, la de las democracias capitalistas liberales, y las sometidas al comunismo de la Unión Soviética.

La consecuencia de la caída del muro, el 9 de noviembre de 1989, del que ahora se cumplen 30 años, fue revetir la situación y propiciar el desvanecimiento en la historia del régimen comunista soviético.

Fue el inicio de la caída del ‘telón de acero’ que marcó una época y el comienzo de la reunificación alemana. El principio del fin de la Unión Soviética que se desmembraría en 1991 y luego le llegó el turno al Pacto de Varsovia.

Un vuelco inesperado en la historia. Algunos, optimistas, no muy bien informados pensaron que llegaba el triunfo absoluto de la democracia y la economía liberal, pero no ha sido así.

En todo caso, aquel 9 de noviembre de 1989, el telón que se suponía de acero demostró ser de papel y el ‘adn’ europeo experimentó una radical mutación.