Vídeo: REDACCION | Foto:Telemadrid
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El pequeño Julen estaba jugando con sus primos en una finca en el campo cuando se precipitó por un agujero de 21 centímetros de diámetro. Una caída de más de 100 metros que desencadenó una de las mayores operaciones de rescate que se habían visto hasta el momento en nuestro país y que acabó en tragedia.

Los más de cien metros de caída hacían albergar pocas esperanzas en sus rescate con vida, pero eso no detuvo a los servicios de emergencia. Pelearon noche y día sin descanso para rescatar al pequeño con vida. Un trabajo a contrarreloj en un rescate agónico y sin precedentes.

Medios de comunicación de todo el mundo se trasladaban hasta Totalán, en Málaga para contar lo sucedido y el trabajo sin tregua de los equipos de rescate que a diario se enfrentaban a alguna nueva dificultad que obligaba a rediseñar el plan.

Toda España tenía la esperanza de encontrarlo con vida, hasta que en la madrugada del 26 de enero los peores augurios se hacían realidad. Los mineros asturianos encontraban el cuerpo de Julen sin vida.

Ha pasado ya un año de la tragedia que conmovía al mundo. La semana que viene arrancará el juicio contra el dueño de la finca. Se enfrenta a tres años de prisión por homicidio imprudente grave.