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CaixaForum Madrid ha presentado este jueves, 27 de junio, la exposición 'La Biblia. Un viaje por las lenguas del mundo', que reúne un total de 1.600 ejemplares de biblias en 1.935 idiomas, una colección cuyo propulsor, Pere Roquet, comenzó en 1995 con la adquisición del Nuevo Testamento en el poblado de Lokori (Kenia), escrito en lengua turkana y fruto de un regalo del misionero comboniano Franco Moretti.

Así lo ha explicado el coleccionista a los medios durante la inauguración de la muestra, que se podrá ver desde el 28 de junio hasta el 1 de septiembre, en la que ha asegurado que la Biblia ha sido "uno de los fundamentos para conservar vivas muchas lenguas que no tienen expresión escrita".

Asimismo, Roquet ha señalado que la colección contiene ejemplares escritos en más de 200 lenguas de Papúa Nueva Guinea, así como en 146 de India y 89 de Rusia, entre otras muchas. En este sentido, ha destacado que el hecho de encontrar la Biblia escrita en "tantas lenguas de Rusia" le pareció "sorprendente" por los "75 años de ateísmo que se vivieron allí".

"Para mi todo esto ha sido una epopeya muy divertida. La Biblia ha sido una cosa extraordinaria para la civilización occidental y un fenómeno de extensión mundial con una influencia y penetración brutal", ha apostillado.

Así, entre las Biblias expuestas destacan ejemplares como la Biblia Septuaginta, la escrita en esperanto, libros leídos en clandestinidad, volúmenes en lenguas minoritarias o en peligro de extinción, así como adaptaciones a nuevos lenguajes, como una Biblia en formato cómic.

El coleccionista, nacido en Prat de Santis (Cataluña) y actualmente ciudadano de Andorra, ha confesado que la recopilación de los más de mil ejemplares ha sido un "trayecto difícil y largo". Ha asegurado que "es imposible" determinar cuál es el ejemplar más valioso de la colección. "Es una colección de cosas muy corrientes, para mí no era importante el valor económico, es un tema diferente al arte de los cuadros", ha comentado en este sentido.

Sin embargo, Roquet ha confesado que la Biblia escrita en lengua turkana, la primera que adquirió, es a la que "más cariño" tiene, al tiempo que ha resaltado la importancia de "la número uno de las rarezas", un ejemplar escrito en el idioma de la Tierra de Fuego, situada entre Chile y Argentina, una lengua "que hasta 2016 la hablaba solo Cristina Calderón, una mujer que por entonces tenía 91 años".

En este sentido, ha asegurado que procurará aumentar la recopilación de ejemplares "mientras viva", al tiempo que ha indicado que solo colecciona biblias en otras lenguas, alejándose así de formatos antiguos u otras variedades, porque "uno tiene que ser muy concreto y colectivo" "Ha sido muy difícil, pero me divertí mucho. Es cuestión de paciencia, ilusión y constancia, que es la base", ha comentado.

Roquet también ha destacado la importancia de las traducciones, un proceso que ha definido como "laborioso y complejo" que "no todo el mundo es capaz de hacer". "Antes se tardaba en traducir una biblia escrita en una lengua no escrita unos 25 años, ahora con todos los medios que hay unos siete u ocho", ha explicado en este sentido. Así, la muestra destaca la "riqueza y vulnerabilidad de las lenguas", desde los "grandes idiomas" con millones de hablantes en el mundo hasta aquellas de pequeñas comunidades en "lugares remotos de los cinco continentes".

En este sentido, esta exposición pretende resaltar que la Biblia se ha traducido a 3.350 idiomas distintos de los 7.111 existentes en el mundo, de las cuales 3.116 no tienen expresión escritas, una cifra que la convierte en el libro más editado de la historia.

Asimismo, también recoge las adaptaciones a la actualidad que se han hecho de este libro, entre las que destaca una Biblia escrita en braille, en formato cómic o con la estética del videojuego Minecraft, entre muchas otras.