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Hay que sobrevivir al mes de enero, a la cuesta, a la desintoxicación alimentaria... Pero ahora, toca sobrevivir a las rebajas. En el segundo día, muchos son los que sacan el ingenio para beneficiarse de los descuentos: ir al mediodía cuando la afluencia es menor, pagar en la caja con menos gente aunque sea de otra sección o recurrir a las compras por Internet son los consejos más destacados.

Comparado con la jornada del lunes, la afluencia es menor. Pero aún así los consumidores recomiendan ir a primera hora, para evitar los cúmulos de gente y para encontrar más fácilmente lo que buscamos al estar todo aún organizado. No comprar por comprar, para evitar que el presupuesto se vaya de las manos. También aconsejan comprar por adelantado lo que vamos a necesitar más adelante.

Sin embargo, con las rebajas llegan algunos peligros, como los carteristas y los timos con 'falsas rebajas'. Según el 86% de los consumidores se detectaron descuentos falsos en las últimas rebajas. La encuesta ha sido realzada a 2.387 consumidores que participaron en una encuesta lanzada en Twitter por Facua-Consumidores en Acción entre los días 3 y 4 de enero. Por su parte, la organización contabilizó hasta 15 tipos de "trampas" a las que recurren "muchos" comercios. Invitó a utilizar la etiqueta #TimoRebajas para denunciar estos fraudes en las redes sociales.

Para detectar este tipo de timos, recordó que el usuario puede recurrir a anuncios y catálogos publicitarios o recibos de compras recientes y comparar los precios con los que muestren los productos durante estas rebajas. En caso de que la tienda asegure que un producto tiene un descuento y éste en realidad no exista o su porcentaje de bajada no se ajuste a la realidad, los consumidores pueden realizar fotografías y difundirlas a través de las redes, además de presentar denuncias ante las autoridades autonómicas de protección al consumidor.

Facua puntualizó que estos "timos" son en realidad irregularidades que no solo suponen un fraude a los consumidores, sino también una práctica de competencia desleal con los establecimientos que aplican en todos los casos rebajas reales. Una circunstancia, a su juicio, "fruto del creciente abandono de las políticas de protección al consumidor por parte de las comunidades autónomas".