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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha destacado este jueves que con la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos "España cumple consigo misma". En una declaración institucional desde el Palacio de la Moncloa, Sánchez ha subrayado que con ello se pone fin a una "afrenta moral" como era, a su juicio, el enaltecimiento del dictador en un lugar público.

“La España actual es fruto del perdón, pero no puede ser producto del olvido”, destacó Sánchez en una declaración institucional desde el Palacio de la Moncloa, mientras se estaba enterrando a Franco en el panteón de Mingorrubio-El Pardo.

Sánchez señaló que “cuando el Valle vuelva a abrir sus puertas simbolizará algo muy distinto: el recuerdo de un dolor que no debe volver a repetirse jamás y un homenaje a todas las víctimas del odio”.

Sánchez reivindicó que "la España de hoy es el país más opuesto a lo que representó el régimen franquista" porque "donde había represión y dictadura, hay libertad y democracia; donde había uniformidad e imposición, hay diversidad cultural y territorial; donde había aislamiento, hay Europa; donde había machismo y homofobia, hay feminismo y tolerancia".

"El homenaje público al dictador era más que un anacronismo y una anomalía" y, por tanto, "un agravio a nuestra propia democracia española", comentó.

El presidente del Gobierno en funciones, reconoció que "caben todas las opiniones sobre el momento elegido para ello" en relación a las críticas de electoralismo recibidas desde distintas fuerzas políticas, pero aseguró que con la exhumación se cumple con un mandato parlamentario, una sentencia del Tribunal Supremo y una promesa del Gobierno, corrigiendo lo que consideró "una anomalía en una democracia". Según Sánchez, el Ejecutivo se comprometió a hacerlo en cuanto pudiera "y ha sido ahora, ni un día antes ni un día después". Así “funciona el Estado Democrático de Derecho que es España”.

Sánchez definió el Valle de los Caídos como un “mausoleo construido durante la dictadura, por la dictadura y a mayor gloria de la dictadura”. El presidente hizo alusión a los millares de presos políticos de la dictadura que construyeron el lugar en Cuelgamuros, a los restos mortales de los casi 34.000 “compatriotas”, víctimas de la guerra civil, que yacen allí, y al más de un tercio que está sin identificar.

Para Sánchez, se trata de “una infamia que más pronto que tarde deberá también ser reparada; como habrá de serlo igualmente el que aún hoy, existan miles de fosas dispersas por toda nuestra geografía", señaló. “Es una aberración que debemos afrontar con decisión. Por justicia y por dignidad. Pero, sobre todo, por pura humanidad”, porque, reflexionó, “la España de hoy tiene una deuda con esas familias” y con “los españoles perseguidos y humillados durante décadas por sus ideas”.