Regresa el Festival Riesgo: la Comunidad de Madrid revalida su apuesta por el circo contemporáneo
- Seis nuevas propuestas nacionales e internacionales para público juvenil y adulto, en una celebración del riesgo, la emoción y la diversidad circense
Después del éxito de su primera edición, la Comunidad de Madrid vuelve a poner en escena el Festival Riesgo, consolidando su firme apuesta por el circo contemporáneo dirigido a un público juvenil y adulto.
En su segunda convocatoria, el festival presenta seis espectáculos de compañías nacionales e internacionales, cada uno con un lenguaje propio: un recordatorio de que hay tantos circos como sensibilidades.
Según la organización, el festival arranca con la convicción de que “el circo ha dejado de estar en los márgenes para erigirse con lucidez como lenguaje escénico único, poliédrico y en constante transformación”.
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Dirigido por Eva Luna García-Mauriño, Riesgo se mantiene fiel a su espíritu inicial: reivindicar la heterogeneidad del circo contemporáneo, fusionando disciplinas como la danza, el teatro, la performance o la música, e invitando al público a adentrarse en universos emocionales, físicos e intelectuales.
En esta edición, además de la dimensión artística, hay un claro propósito divulgativo. Para ello, el festival incorpora una ponencia liderada por el maestro internacional Roberto Magro, que aportará reflexión y pedagogía en torno al concepto de riesgo en el circo actual.
Las propuestas programadas provienen de Francia, Bélgica, Canadá y España, y varias de ellas se presentan por primera vez en territorio español. Esta internacionalización demuestra la ambición del festival por tender puentes entre escuelas circenses y ofrecer una experiencia escénica de alto nivel.
Un festival que desafía límites
Aunque aún no se han desvelado todos los títulos de los seis espectáculos, la filosofía del festival —apuntan desde la organización— gira alrededor de la dualidad: intimidad y expansión, sencillez y riesgo extremo, cuerpo, imagen y emoción.
No se trata solo de acrobacias sorprendentes, sino de explorar el riesgo como metáfora artística: un espacio en el que el cuerpo, la imagen y el movimiento dialogan con emociones, ideas y reflexión.
