Nervios, disfraces y anécdotas: así se vivió el sorteo de la Lotería de Navidad en el Teatro Real
- Los grandes protagonistas han sido, una vez más, los niños de San Ildefonso
Nervios, confusiones, cánticos y muchos disfraces. El sorteo de la Lotería de Navidad ha vuelto a dejar una mañana cargada de anécdotas en el Teatro Real.
Los grandes protagonistas han sido, una vez más, los niños de San Ildefonso, pero también las cientos de personas que han logrado entrar al recinto. Incluso, alguno de los asistentes se ha llevado un quinto premio.
Los nervios de los pequeños protagonistas
Son los pequeños protagonistas del día. Un total de 28 niños y niñas de San Ildefonso, unos con más nervios que otros, han puesto voz a los números y premios más esperados.
Los nervios han jugado malas pasadas. "81, 81...". Piero Rai Chávez se ha enfrentado a uno de los instantes más difíciles tras dos meses de ensayo hasta que, a la tercera, el número ha salido completo: "81.826".
Desde el otro lado, el público, completamente entregado, ha respondido con una gran ovación.
Así se ha cantado el Gordo del Sorteo de Lotería de Navidad, el 79432
"El Gordo ya está aquí"
"Sí, sí, sí, el Gordo ya está aquí". Alba e Itali han sido las encargadas de cantar el premio más esperado en un sorteo rápido, donde el sonido de las bolas y el "clic, clic" ha marcado el ritmo de una mañana en la que, a veces, la bola se resistía.
Entre el sueño y la suerte
Entre los asistentes, alguno incluso se ha echado una cabezada… y ha despertado con un quinto premio.
"Lo acababa de mirar hace nada y digo: uyyyy...", nos ha contado un afortunado que se encontraba dentro del Teatro Real.
No hay sorteo de Navidad... sin disfraces
La ilusión, desde días antes
La ilusión había comenzado mucho antes. Desde el día 13, multitud de personas han esperado en la puerta, soportando el frío y las largas horas. Personajes insospechados y disfraces de todo tipo se han dado cita en el Teatro Real.
"Me llaman Koldito", decía uno de ellos vestido de presidiario.
Supuestos personajes de manga, un recuerdo al calvo de la Navidad, una sirenita y un cangrejo recién salidos del mar... Todo vale si detrás del boleto está la felicidad.
