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María la Telefonista, Mariquita La Pastora... En Atajate, en la provincia de Málaga, a las mujeres se las conoce por los motes. Una tradición que no es exclusiva de esta localidad, pero allí lo llevan al extremo.

Tanto que han colocado más de 200 placas en las viviendas con los nombres y motes de las mujeres que viven o han residido en ellas.

"Me decían la rubia porque era rubia"

"Me decían la rubia porque era rubia", dice una vecina que se ha quedado con el mote inmortalizado.

"El nombre de mi madre no se va a perder nunca, pero el apodo sí. Así que ya lo tenemos en las placas", afirma una vecina, contenta con la iniciativa.