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Un total de 234 personas perdieron la vida en incendios y explosiones en 2024 en España, la mayoría "en su propia vivienda, durante la noche y a causa de una intoxicación por humo", según el informe anual de víctimas de incendios presentado este viernes por Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB). Aunque la cifra es un 6% inferior a la de 2023, se mantiene "muy cerca del máximo histórico".

El estudio detalla que 172 de las víctimas mortales (74%) fallecieron en incendios ocurridos en el hogar, un escenario que continúa siendo el más peligroso.

La distribución por estancias confirma una pauta habitual: el mayor número de muertes se registró en el salón (35,5%), seguido de la cocina (27,3%) y el dormitorio (25,5%), espacios donde la presencia de instalaciones eléctricas, aparatos de calor y materiales combustibles "multiplica el riesgo".

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La franja horaria vuelve a ser otro "factor crítico". Los incendios nocturnos resultaron "más letales", con 85 fallecidos entre las 20.00 y las 08.00 horas, frente a 78 durante el día. Los expertos recuerdan que mientras las personas duermen "la capacidad de reacción es menor", y la ausencia de detectores de humo, presentes solo en uno de cada cuatro hogares españoles, "reduce drásticamente las posibilidades de supervivencia".

A esto se suma que la inhalación de humo continúa siendo la causa principal de las muertes. En 2024, 162 víctimas (69,3%) fallecieron por intoxicación, muy por encima de las quemaduras, que representaron el 23,5%.

Una de las conclusiones más relevantes del informe es que el 41,9% de los incendios mortales en viviendas se originaron por fallos eléctricos, ya sea por instalaciones deterioradas, sobrecargas, alargadores en mal estado o aparatos defectuosos.

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Le siguen los aparatos de calor (20,4%), como braseros o estufas, que vuelven a situarse como una de las fuentes de riesgo más frecuentes, especialmente en hogares de personas mayores.

El estudio también detecta un aumento en los incendios vinculados a baterías de litio y cargadores no certificados, un fenómeno en crecimiento.