Vídeo: EFE | Foto:Telemadrid
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El médico juzgado por homicidio imprudente por la muerte de Samba Martine en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche en 2011 ha dicho este lunes que dio por hecho "que la mujer no había manifestado padecer ninguna patología grave" y que "solo le diagnosticó síntomas gripales o un cuadro catarral".

Fernando H.V fue uno de los doctores que atendieron a Samba, que padecía Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), desde su llegada el 12 de noviembre de 2011 al CIE de Aluche, ya que murió el 19 de diciembre tras manifestar en repetidas ocasiones sus dolencias y sin recibir asistencia médica frecuente, según los denunciantes.

En este procedimiento hay acusados otros dos médicos que vieron a esta ciudadana congoleña los días anteriores a su fallecimiento, y que se encuentran prófugos.

Para el doctor la familia de la mujer pide un año y medio de prisión y más de tres de inhabilitación profesional por homicidio imprudente; y la acusación popular, ejercida por la ONG Ferrocarril Clandestino, solicita dos años de cárcel y seis de inhabilitación.

Para el doctor la familia de la mujer pide un año y medio de prisión y más de tres de inhabilitación profesional

La declaración del médico

En el juicio, que ha comenzado en el Juzgado de lo Penal 21 de Madrid, Fernando H.V ha contado que Samba llegó al CIE de Aluche desde el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla y fue otro doctor el que le hizo un reconocimiento médico inicial.

El letrado de la familia de la víctima ha precisado que en ese momento se le preguntó si padecía alergias o intervenciones, pero no sobre sus patologías, a pesar de que en el CETI le habían diagnosticado el VIH.Tres días después de llegar la víctima solicitó asistencia médica y fue Fernando H.V quien le atendió. El doctor, que ha reconocido no haberle preguntado si tenía alguna enfermedad, le diagnosticó "síntomas gripales".

El 30 de noviembre Samba volvió a su consulta, y esta fue la última vez que Fernando H.V la atendió. Según ha manifestado, en ese momento la mujer presentaba cefalea, tos y dolor en el tórax, algo que no le pareció raro porque "en esa época eran muy frecuentes los episodios catarrales, y eso no se cura en una semana.

Tumbada en una colchoneta en el suelo

En la vista de este lunes ha declarado también, como testigo, una de las trabajadoras de Cruz Roja que estaba en el CIE en aquel momento, que ha relatado que los dolores y síntomas de Samba no disminuyeron tras la última consulta con Fernando H.V., y que tanto la fallecida como sus compañeras protestaron porque "el CIE no es un lugar para personas enfermas".La víctima, ha contado, lamentaba que su estado no mejoraba y que no tenía acceso constante al servicio médico. Su principal síntoma era el dolor de cabeza, que no le dejaba ni dormir, "y eso no podía mejorar con todo el humo del resto de internas fumando y el ruido de allí".

La mediadora social ha explicado que aunque Samba pasó todo el domingo anterior a su muerte "tumbada en el suelo y tapada con una manta", bastantes días antes "ya era notorio que estaba enferma", y que el lunes que falleció estaba "muy alterada, como si tuviera un ataque de ansiedad".

"Mientras entraba en el coche, Samba decía: 'me voy a morir'"

Finalmente, el servicio médico ordenó trasladarla al hospital Doce de Octubre en un coche patrulla, donde la acompañó la trabajadora social. "Mientras entraba en el coche, Samba decía: 'me voy a morir'", ha añadido. Esa misma tarde Samba murió. Las causas inmediatas fueron un fallo cardíaco y una sepsis, y la subyacente, una infección pulmonar, según ha contado la letrada de la acusación popular a la salida del juicio, que continuará mañana con la presentación de informes periciales.

Los demandantes solicitan, además de las penas de cárcel, una indemnización tanto al Estado como a la empresa de servicios sanitarios SERMEDES.

Frente a la sede de los Juzgados alrededor de 25 personas de diferentes colectivos se han concentrado para pedir "Justicia para Samba" y Víctor Díaz, letrado de su familia, ha manifestado a los periodistas que el caso se trata de una "negligencia general", producida por "el nivel del servicio médico del CIE por aquél entonces".