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Las autoridades de Sri Lanka impondrán un estado de emergencia "condicional" en todo el país para combatir el terrorismo, después de la serie de atentados durante el Domingo de Resurrección en tres iglesias y tres hoteles de lujo que causaron más de 300 muertos y 500 heridos. El Gobierno de Sri Lanka culpó al poco conocido grupo terrorista local de tintes islamistas National Thowheeth Jamath (NTJ) por los atentados.

Tras una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, las autoridades decidieron imponer un estado de emergencia "condicional" en el que se activarán los apartados destinados a combatir el terrorismo, informó en un comunicado la oficina del presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena.

De acuerdo con la declaración escrita, la información obtenida por los servicios de inteligencia apunta a que tras los grupos locales responsables de los ataques hay organizaciones terroristas internacionales, por lo que Sirisena "buscará asistencia de otros países", indicó.

Según la información ofrecida poco antes por el Gobierno de Sri Lanka, varios de los atentados fueron cometidos por atacantes suicidas que se inmolaron con explosivos.

Los ataques comenzaron de forma simultánea hacia las 08.45 hora local (02.45 GMT), con potentes explosiones en tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y una tercera en la oriental ciudad de Batticaloa.

Las explosiones continuaron horas después con una séptima detonación en un pequeño hotel situado a una decena de kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial en Dematagoda, también en Colombo.

Una veintena de sospechosos han sido detenidos por estos ataques, que aún no han sido reivindicados.

Atentados de esta magnitud no habían tenido lugar en Sri Lanka desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el Gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en 2009, y que dejó, según datos de la ONU, más de 40.000 civiles muertos.