Cobrar el Ingreso Mínimo Vital reduce un 12% la probabilidad de trabajar, sobre todo entre menores de 30 años y hogares monoparentales. Así lo refleja un informe de la AIReF, para quien apenas un 55% de los hogares que podrían haber recibido esta prestación la han solicitado. Propone reformarla completamente para que se cobre de forma automática.
Son algunas de las conclusiones de la cuarta opinión del IMV publicada este miércoles por la AIReF, la primera donde aborda los efectos de esta prestación sobre el empleo y donde reclama una "reformulación completa" del incentivo al empleo que ha llegado al 30% de los hogares perceptores aunque "con escasa eficacia".
Por su parte, tras conocer el informe, fuentes de la Seguridad Social han señalado que "sería conveniente esperar a contar con más datos, a que el mecanismo esté más consolidado y sea más conocido por los beneficiarios para hacer una evaluación más fiable".
La AIReF ha calculado el descenso en la probabilidad de trabajar tomando en cuenta la evolución de los hogares de menos ingresos desde 2020 y comparando cómo ha crecido esta inclusión en el mercado laboral entre los que cobran el IMV y los que no. Y esa comparativa arroja que las personas que cobran el IMV han mejorado menos que el resto de individuos en su probabilidad de trabajar.
De promedio, la AIReF estima ese descenso del 12% cuando se llevan seis meses cobrando la prestación, aunque señala que "el efecto desincentivo" supera el 20% en algunos grupos, como nóminas altas, hogares monoparentales o menores de 30 años.
Junto a esto, el estudio señala que también reduce el número de días trabajados en 0,6 al mes, es decir, un 11%.
"El efecto desincentivador es inherente a este tipo de rentas pero si se pone un mecanismo tiene que ser eficaz", ha reflexionado la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, que ve "errores de diseño".
La AIReF reconoce también efectos positivos, tales como mejoras en la calidad del empleo entre los beneficiarios que mantienen su vinculación laboral, con un incremento del 3% en la probabilidad de tener un contrato indefinido.
