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A las puertas de la segunda gran operación salida hay que tener en cuenta cómo nos afecta el calor. Si decidimos hacer un viaje con estas temperaturas, no solo hay que vigilar los efectos del calor en los pasajeros, que pueden sufrir deshidratación y fatiga, sino también en el vehículo.

Con muchos termómetros superando los 40 grados, ahora viajamos con un acompañante extra: el calor.

Revisar el coche antes de salir de viaje es fundamental porque, cuanto más aumenta la temperatura, tanto dentro como fuera del vehículo, hay más riesgo de sufrir un accidente.

El calor extremo da una tregua varios días antes de un nuevo repunte el fin de semana

¿Cómo afecta a los pasajeros?

El calor no solo incrementa la deshidratación, la irritabilidad y fatiga, sino que, si la temperatura dentro del vehículo supera los 35 grados, dejamos de percibir señales importantes y el conductor tiene un 20% más de posibilidades de sufrir un accidente.

¿Y al vehículo?

La ola de calor también afecta al vehículo. Los neumáticos se dilatan y tienden a sufrir más pinchazos y el aceite del motor se evapora más rápido a partir de los 40 grados en el exterior.

Otro elemento a tener en cuenta es el líquido de frenos. Con el calor los discos de freno necesitan más metros para realizar una frenada, por lo que es necesario que el nivel se mantenga siempre constante.

Las recomendaciones

Entre las recomendaciones para minimizar los efectos del calor están planificar bien el viaje, buscar las horas de menos calor, revisión del vehículo (líquido de frenos, aire acondicionado, filtro de partículas, presión de los neumáticos), dejar el coche a la sombra y utilizar parasoles.

Para este fin de semana, suben las temperaturas, así que, si no queremos que ni nosotros ni nuestro vehículo sufra durante el viaje, lo mejor es que el aire acondicionado se mantenga entre 22 y 24 grados.