Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
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En Madrid, muchos ancianos viven solos, sin familia, pero reciben atención gracias a proyectos de apoyo al mayor. Pero el caso de Berta nos hace pensar en todos los madrileños que no tienen esa suerte. Ella, a sus 80 años, vive completamente sola en Caracas, Venezuela, sin más compañía que la de un perro y un gato.

Con miedo de salir a la calle en plena crisis de coronavirus, y en un país con muchas carencias, asegura que aunque le gustaría volver a España no se lo plantea porque tendría que abandonar a sus mascotas que son su única compañía.

Su única familia: una perra y un gato

Berta Domingo huyó del franquismo junto a su familia en 1949. Por entonces, tenía trece años. Escogieron para emigrar, Venezuela. Allí, estudió contabilidad y Berta pudo forjarse una vida más o menos feliz. Sin embargo, no se casó ni tuvo hijos. Se dedicó a cuidar de su madre. Ahora, Berta vive sola, sin más ayuda que la que recibe del gobierno español desde hace un año.

Berta vive sola en su piso de Caracas y no tiene más familia que una perra y un gato

A sus 80 años, no tiene familia, y vive con su perra Leticia y un gato que recogió de la calle. "Me encantaría volver a Madrid. Iría sin dada, sol con mis animales", dice. Esto es precisamente lo que le impide viajar. No quiere dejarles solos porque son, a día de hoy, su única familia.

El caso de Berta se repite en el país venezolano, en donde hay miles de ancianos españoles como ella, en su misma situación.