70 años sin James Dean

Se cumplen 70 años de la muerte de James Dean, cuando circulaba al volante de su Porsche con sólo 24 años. Fue el prototipo de joven rebelde e inconformista, que con solo tres películas se erigió en icono de una generación.

"Vive joven, muere joven y serás un bonito cadáver", manifestó en más de una ocasión el actor. Y lo cumplió todo a rajatabla.

Vivió deprisa y murió rápido, la vida de James Dean estuvo marcada por la velocidad, esa que acabó con él cuando conducía camino de una competición de carreras de coches. Tenía sólo 24 años y ya despuntaba como estrella de Hollywood gracias a la película Al este del edén.

Su actitud insolente y melancólica convenció a Elia Kazan para el reparto tras verlo actuar en el teatro. Fue el único film que se estrenó cuando aún vivía. Después llegaría Rebelde sin causa.

Cazadora, camiseta blanca y vaqueros, el icono de joven guapo y rebelde se fraguaba bajo las órdenes de Nicholas Ray. La legión de admiradoras crecía.

Con sólo nueve años fue separado de su familia cuando perdió a su madre, algo que dejó en él una huella de tristeza que siempre lo perseguiría.

Un año después de su muerte, en 1956, se estrenaba Gigante su tercera y última película que le valió una nominación al Oscar. Pero no pudo saborear su éxito. Su futuro prometedor quedó atrapado entre el asfalto. Moría el actor y nacía el mito.