El secreto del órgano de la Basílica de Medinaceli

Foto: REDACCIÓN |Vídeo: Telemadrid

Jesús Ruiz lleva diez años como organista titular de la Basílica de Medinaceli. Es el único que habita en el templo cuando nadie está, y tiene hasta una escalera particular para subir hasta el órgano.

Practica de lunes a jueves, y los viernes canta y toca el órgano en nueve misas. Gracias a él, descubrimos los secretos de la música más solemne de la Basílica.

El segundo más grande de Madrid

El órgano de Medinaceli es el segundo más grande de Madrid, después del del Auditorio Nacional. Y durante mucho tiempo tuvo el honor de ser el más grande. Le encontramos en lo más alto de la Basílica, junto a una enorme vidriera de la familia Maumejean, uno de los talleres más importantes a nivel mundial. Representa la llegada del Cristo de Medinaceli después de ser rescatado de manos musulmanas, en el siglo XVII.

Durante años este fue el órgano más grande de Madrid. Hoy lo supera el órgano del Auditorio Nacional

El órgano se compró mucho más tarde, en 1952, a una de las mejores casas de órganos que había en aquel momento, la casa de Juan Dourte, en Bilbao. Es el más grande que construyó esta empresa. Un órgano de estas características puede llevar tres años de trabajo y cuesta cerca de un millón de euros.

El primer organista que tuvo la Basílica de Medinaceli fue el padre Esteban de Cegoñal, un fraile capuchino

El órgano tiene unos cuarenta registros. Su 'secreto' es un arca muy grande donde llega el viento desde un ventilador y unos fuelles que lo administran. Este órgano en concreto tiene cerca de 2.000 tunos. Por primera vez una cámara de televisión entra en el arca del órgano para comprobar cómo vibra la música que su interior.

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