Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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Cogemos el AVE desde Madrid hasta Valencia y llegamos hasta la Plaça de L'Almoina donde se encuentra la Catedral de Santa María de Valencia.

La primera piedra de la catedral se puso en el siglo XIII, en el año 1262, y aunque predomina el estilo gótico, se caracteriza por su popurrí arquitectónico.

"Tiene elementos renacentistas, elementos del barroco y lo más destacado que tiene es el 'Santo Cáliz', la copa que utilizó Jesucristo en 'la última cena'", nos ha contado Carlos, gestor cultural del templo.

Tanto el grial como otras reliquias que formaban parte del tesoro real llegaron a la Catedral de Valencia

Esta copa es conocida como 'el Grial' y consta de dos piezas', una copa tallada a partir de una piedra de calcedonia y un pie con asas que habría sido añadido posteriormente.

"Desde Roma, durante la persecución religiosa que empezó en el Imperio Romano, el Santo Cáliz se refugió en Los Pirineos y, finalmente, desde la Corona de Aragón por orden del rey Alfonso Magnánimo, tanto el grial como otras reliquias que formaban parte del tesoro real llegaron a la Catedral de Valencia y desde ese momento permanece aquí", afirma Carlos.

Los visitantes pueden acceder a este templo comprando una entrada que tiene un coste de 8 euros. Entre las personas que se desplazan hasta aquí para conocer la catedral, destacan las embarazadas que acuden a rezar para tener un buen parto.

"La catedral en su momento fue mezquita, iglesia visigótica y templo romano"

En esta visita se puede descender hasta las profundidades de la catedral donde anteriores civilizaciones dejaron su huella.

"La catedral en su momento fue mezquita, anteriormente fue iglesia visigótica y anteriormente un templo romano. Todas estas civilizaciones han ido superponiéndose y aquí están los restos de esas épocas", ha detallado Carlos.

Aquí también aparecieron restos humanos de antiguos pobladores de la zona que fueron enterrados en este lugar.