Mi cámara y yo: Por amor al arte

Cada vez es más difícil encontrar a gente que trabaje y más aún, viva, por amor al arte. Sin embargo aún quedan algunos valientes que, ya sea como hobby o profesión, apuestan por el arte que sale de sus manos. Esta semana nuestra reportera Cristina Pascual ha cogido su cámara para buscarlos.

Conoceremos a Alberto Olmedo, un peluquero que tira de fuego, catanas y espadas para conseguir resultados, según dice, insólitos. Lo cierto es que sus intrépidas clientas repiten y de paso, se entretienen, pues la espera se convierte en todo un espectáculo que atrae a tantos curiosos como los que acuden a Mejorada del Campo para ver la obra de Justo Gallego. A sus 93 años y tras más de medio siglo de trabajo, este cura frustrado sigue levantándose cada día, por y para su famosa catedral.

Igual de sorprendentes son las esculturas gigantes que un buen día aparecieron en los campos de cereal de Fuente el Saz y que lejos de ser obra de extraterrestres, han salido de las manos de un joven que les vamos a presentar. Entraremos también en el peculiar taller de unos artesanos y carpinteros de Guadalajara que logran convertir la madera en la imaginería más increíble de arte sacro.

También visitaremos a una familia de Tielmes cuyo arte les hará sonreír. Son los propietarios de la única fabrica de dientes postizos de España cuyas piezas llegan a más de 50 países adaptándose el estilo, forma e incluso color habitual de cada zona. También peculiar es la materia prima con la que trabaja Ángel, un escultor que ha sustituido el cincel y la piedra por sus manos y el caucho de neumáticos usados con los que levanta animales y guerreros dignos de película.