Vídeo: REDACCIÓN | Foto:Telemadrid
(Actualizado

Mientras unos lo temen y lo evitan como pueden, otros han encontrado en el lobo ibérico una fuente de negocio.

Ya existen empresas de turismo montañero cuyo reclamo es el avistamiento del lobo, además de otras especies autóctonas protegidas, como el lince o el águila imperial.

Para ello hay que darse un buen madrugón, eso sí, y estar en marcha cuando todavía no ha amanecido.

La mayoría de los ingresos que generan estas rutas guiadas van destinadas a los ganaderos de la zona, que permiten el paso por sus fincas y son quienes sufren las pérdidas económicas por la presencia del depredador.

Es además una manera de tener controladas a las manadas y llevar un registro de su actividad en la sierra.