Levantado sobre un islote rocoso y rodeado de una maravillosa bahía sobre la desembocadura de tres ríos, este el tercer lugar más visitado de Francia, después de París y Versalles, y ha sido calificado como Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1979.
Cuenta la historia del lugar que en el año 708 el arcángel San Miguel se apareció durante tres noches seguidas al obispo Aubert instándole a que construyese una capilla en su honor. Esta capilla fue evolucionando y ha adquirido tal fama que se ha convertido en un lugar de peregrinaje a nivel mundial.
La bahía del Mont Saint-Michel es el teatro de las mareas más grandes de Europa continental. En marzo de este año tuvo lugar la llamada “marea del siglo”, que cubrió el monte hasta una altura de un edificio de cuatro pisos. Cuando se producen estas mareas el monte se convierte en una isla durante unas horas. Se puede observar este fenómeno n atural desde el Mont, las murallas, la terraza oeste (plaza de la abadía), o el nuevo puente-pasare.
Por nueve euros se puede visitar el interior de la abadía, en la que destacan su impresionante claustro, la llamada sala de la gran rueda y la sala de los peregrinos.