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El palacio de Eggenberg es uno de los monumentos más visitados de Graz. Fue construido en el siglo XVII y tiene un impresionante jardín de 19 hectáreas. El interior no tiene nada que envidiarle a los jardines: cuenta con casi 100 habitaciones repartidas en tres plantas, pero lo que apenas nos encontramos es mobiliario. Casi todos sus muebles fueron quemados por las tropas rusas durante la II Guerra Mundial. Es el único palacio de toda Europa que tiene toda una planta iluminada sólo por velas. Hasta el 1938 perteneció a la familia Eggenberg y, en ese año, se vendió al Gobierno austriaco.