Vídeo: Redacción | Foto:Telemadrid
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La bicicleta es el medio de transporte terrestre más utilizado en Ámsterdam, pero los barcos también son muy importantes para poder moverse por esta ciudad llena de ríos y canales por los que navegar.

Por eso no es raro que muchos ciudadanos dispongan de una pequeña embarcación que pueda pasar por debajo de la cantidad de puentes que hay sobre el agua. Este tipo de barcos de tamaño estándar, rondan los 1.000 o 1.500 euros, un precio más que asequible al que tienes que añadir una tasa anual para poder atracarlo en cualquiera de los canales de Ámsterdam.

Además, no es necesario obtener ningún tipo de carnet especial para poder llevar tu navío por estas aguas holandesas.

Ámsterdam tiene más de 100 kilómetros de canales y más de 1.300 puentes

Una curiosidad que apreciamos navegando por los más de 100 kilómetros de ríos urbanos, son unas puertas ubicadas bajo alguno de los más de 1.300 puentes donde antiguamente se encontraban las cárceles de la ciudad, situadas aquí por ser el lugar más frío.

Ahora, este espacio lo ocupan bares y restaurantes, aunque permanecen cerrados por la pandemia por coronavirus.

Y lo que también abunda en estos canales, son las casas flotantes, donde hay más de 2.500 viviendas de este tipo en la ciudad, aunque ya no habrá muchas más debido a que ya no se pueden comprar espacios nuevos para poder hacer tu casa, por lo que, si estás interesado en vivir sobre el agua, tienes que adquirir algunas de las que ya hay.

Otra cosa curiosa de estas casas es que, la mayoría, no disponen de cortinas ni ningún tipo de panel de ocultación en las ventanas por lo que, mientras navegas, puedes verlas por dentro completamente a través de los cristales.

Aunque esto no es algo único de las casas flotantes, porque al pasear por la ciudad también puedes ir viendo cómo viven los holandeses en sus hogares al tener las ventanas completamente al descubierto.

¿Por qué la gente elige vivir en una de estas casas flotantes?

Después de la II Guerra Mundial empezó a haber una gran escasez de viviendas en la ciudad y muchas personas no tenían más remedio que empezar a vivir en barcos para hacerse con un lugar en Ámsterdam. Aquí empezó a vivir la población más pobre y ahora, sin embargo, son casas totalmente exclusivas que pueden llegar a costar hasta un millón de euros.

Para vivir en una casa flotante hay que pagar la 'tasa del agua'

Una de las cosas que encarece su precio es el mantenimiento que necesitan estas viviendas porque hay que sacarlo del agua cada 3 o 4 años para revisar toda la parte que permanece sumergida. Además, hay que abonar la ‘tasa del agua’ y, también, se necesita un seguro de hogar especial.