Omán, como en los cuentos, es un país del sureste asiático en el que todo lo decide un Sultán. Tal vez por ello, es considerada una de las ciudades más limpias del planeta. Si el turista espera encontrar el clásico país árabe emergente con rascacielos y lujo occidental se equivoca: cerca del 80% de su terreno es desértico y el país destaca por la magnífica visión de sus montañas, desiertos y playas.