Ser controlador de parquímetros en Madrid se ha convertido en una profesión de riesgo. Cada año sufren una media de 200 agresiones y constantes insultos, aún más habituales cuando se trata de mujeres. La delegada de UGT en el SER, Esther Martín, pronostica que la situación empeorará con la entrada en vigor de Madrid Central y el aumento de las restricciones para aparcar.
Además, denuncia que agredir a un controlador “sale muy barato” y reclama convertirlos en agentes de autoridad, algo que según el Ayuntamiento de Madrid no puede hacerse porque no lo permite la normativa estatal.
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