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José Antonio decidió pedir un préstamo para poder afrontar el pago de una máquina de limpieza cuyo coste oscilaba los 1.500 euros y, aunque quería hacer un pago único, le obligaban a pagar en plazos. Finalmente, y a pesar de que pagó la máquina de inmediato, continuaron cobrándole las mensualidades.

“Sufrimos un pelín de amenaza por parte de la prestamista cuando decidimos devolver el recibo”, asegura José Antonio