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Desde hoy martes se ha reducido la velocidad permitida en carreteras convencionales a 90 kilómetros por hora. Se espera, con esta medida, disminuir la siniestralidad en este tipo de vías. La DGT ha cambiado casi 3.000 señales con un coste de más de medio millón de euros.

El 75% de los accidentes con víctimas tienen lugar en las carreteras convencionales.