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Conocemos a Javier, que dejó la arquitectura para coger el testigo de los maestros de la pasta italiana en nuestra Comunidad. Este emprendedor ha convertido su negocio en una fábrica artesanal al más puro estilo italiano, pero con su toque particular.

En este obrador, donde trabajan alrededor de 15 personas, preparan todos los días una gran variedad de pastas, aprovechando productos frescos de temporada para elaborar los rellenos.

"La pasta favorita de los madrileños es la de rabo de toro"

Javier aprendió a hacer pasta en Argentina gracias a su mujer Flor. Lo que empezó como un hobbie para practicar en familia, se fue convirtiendo en una pasión. Durante tres años fueron remangándose y cubriendo sus brazos de harina desde Buenos Aires a Roma, aprendiendo de los mejores obradores de pasta fresca antes de desembarcar en Madrid y montar su propio negocio. Ahora se jactan de conocerlo a la perfección.

Además, la creatividad se pone al servicio de la variedad y la innovación. En el obradro investigan nuevos sabores para seguir marcando tendencia en el mundo de las pastas y cuidan con mimo las variedades tradicionales que han heredado.