Juan, Tatiana y sus hijos llevan un año intentando arreglar su casa de Villanueva del Pardillo tras el lamentable estado en el que la vivienda quedó después de que apareciese completamente destrozada y quemada. La compañía aseguradora se acoge a una cláusula para no cubrir los desperfectos y los propietarios, que sospechan de que el causante de tal desastre es el inquilino al que tenían arrendado el inmueble, tienen el asunto en los tribunales. La familia vive una auténtica pesadilla; han tenido que buscar otra vivienda mientras siguen pagando la hipoteca y su estado de ánimo está bajo mínimos.