Vecinos de Carabanchel denuncian insalubridad y conductas violentas de un hombre en situación de calle
- Lleva dos meses viviendo en plena calle
La convivencia en la calle de Portalegre en Carabanchel se ha visto alterada desde hace dos meses por la instalación de Victoriano, un hombre de 66 años en situación de calle, y su pareja. Mientras él asegura que su estancia es provisional y no genera molestias, los vecinos del entorno denuncian insalubridad, acumulación de basura y episodios de violencia que han requerido incluso la intervención policial.
"No me iba a poner en otro sitio que sea muy visible, dijéramos, porque aquí los vecinos pasan muy poquito. La verdad es que no se han presentado ningún tipo de molestias y estamos aquí, pero vamos, serán tres días o cuatro días", relata Victoriano.
Respecto a la higiene, reconoce la presencia de "alguna mosca que otra", pero lo atribuye a que "las moscas están por todos los sitios". Entre sus pertenencias, acumula lo que denomina sus posesiones: "Aquí pues tenemos todas las cosas que teníamos en la casa: hay televisiones, lo que pasa que no se ven, hay ordenador, hay impresoras".
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Sin embargo, la visión de los residentes es totalmente opuesta. "El día 29 creo que hace dos meses que se vino aquí. Son humanos en el sentido de que tienen que hacer sus necesidades y las hacen por aquí". La misma vecina alerta sobre un posible trastorno de acumulación: "Este señor tiene un síndrome de Diógenes muy fuerte, se trae todo lo que encuentra por la calle. Él va con su traje, su corbata, con todo", explica una vecina.
Pero la preocupación principal son los episodios de violencia. La vecina relata amenazas graves proferidas por Victoriano hacia su pareja: "Las palabras más amables que le dice es: 'si vengo y estás aquí por mis, vengo y te corto el cuello'".
Esta situación ha llevado a los vecinos a llamar a la Policía en reiteradas ocasiones. "Hace 15 días o 20, no me acuerdo, más o menos, pues empezó a tirarle los muebles y todo. No tardó nada la policía en venir y se lo llevaron, y estuvo 24 horas detenido", añade.
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Yuri, otra vecina con un bebé, detalla el impacto en su día a día: "He pasado estos dos meses prácticamente sin poder abrir las ventanas porque se meten bichos. Se meten las moscas, esas moscas grandotas de heces, zancudos porque claro, como ellos lavan, se bañan y todo, debe haber agua retenida y hay zancudos".
La exposición de los menores a estas escenas es otra gran inquietud. "También tengo dos niñas, las cuales tienen que escuchar los maltratos del señor hacia la señora", afirma Yuri, quien confiesa que, como madre, "tienen miedo de que las niñas salgan solas a la calle".
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El caso expone las dos caras de un problema social complejo: la vulnerabilidad de una persona sin hogar que se enfrenta a sus propios demonios, y el derecho de una comunidad a vivir en condiciones salubres y seguras.
Mientras Victoriano espera una solución habitacional, los vecinos claman por una intervención urgente de las instituciones para resolver un conflicto que, aseguran, les está sobrepasando.
